Vals - letra y música de Juan Díaz Salazar - Rioja

He recorrido el bosque esta mañana,
he comprobado que ya no es el mismo,
donde estuvimos, porque hemos permitido,
que seres sin conciencia le causen tanto daño.

Ya no se escucha el canto del suy-suy,
ni la chicharra anuncia si habrá lluvia.
Ya no encontré aquel renaco del shapingo,
en donde, cuando niños, solíamos jugar.

Ya no aspiré el olor a quillosisa,
ni la vainilla perfumaba el chamisal,
ni siquiera el viento hacía sonar el talac-talac,
mientras que un bagrecillo agonizaba en un canal.

Y los culpables de todo esto ¿dónde están?
Seguramente derrochando en un festín,
pocos los denuncian, pero nadie los detiene,
por eso hoy cantando voy a decirles quienes son:

Él, corta maderas para lucrar,
él, tumba al aguaje a discreción,
el, pesca en el río con explosión... de dinamita,
él, caza animales por diversión,
él, siembra la coca para envenenar,
ellos matan a la selva... sin compasión.

Quisiera hallar al huacharo en las cuevas,
que el mono choro me convide un chopé,
y que el chusqui me cuente desde el palto,
que la comadre Shofi se ha vuelto a embarazar.

Quisiera tener mi ashiquita siempre llena,
de pucahuiczas, cotolos y dentones.
Y por las noches, me arrulle el ayaymama,
mientras que el chullachaqui converse alegre con el tunchi.

Quisiera ver campesinos comprendiendo,
que nuestra selva es madre bondadosa,
que sus recursos se agotan día a día,
que de todos depende que ella viva, siempre viva.

Llegó la hora de la definición,
ahora o nunca, quizás mañana será tarde.
Nuestra selva quiere hijos que la defiendan,
que traigan el progreso, pero no la destrucción.

Que ataque el otorongo al depredador,
que la bellaco-ishanga le haga correr,
que salgan los ríos para ahogar a tanto infame,
que no se sepa más de la deforestación,
y que la razón venza a la ambición.
pues la selva exige ¡vivir en paz!

Subido por Graciela Gutierrez