sábado, 24 de octubre de 2009

poemas:

CADA ÁRBOL UN MIEMBRO DE LA ORQUESTA

Las hojas de los árboles son alas
en vuelo clorofílico,
Son ángeles guardianes amparando
a todo cuanto late.

Cada árbol es un miembro de la orquesta
de la Naturaleza, donde juego
un pequeño papel. Es mi instrumento
esta voz que repite, leitmotiv,
que el amor es palabra, pensamiento
y la mano que actúa en consecuencia.
Cristina lacasa

EL ARMISTICIO


He firmado la paz en olor de conformidad
con las rudas invasiones de las ortigas,
con la agresión de las aguas en pie de diluvio,
con la urticaria que me producen los vientos enardecidos.

El armisticio está sellado
con un poema frágil y perdido
entre las páginas de un libro casi anónimo,
aunque vaya arropado con mi nombre,
túnica feble sin poder de abrigo.

El huracán prosigue su labor en la penumbra,
atrapando delicadas esperanzas
en sus fauces insaciables.
El espino se empeña en militar en la vanguardia que avanza hacia mi vida,

frente que ya soporta todas las estrategias del venablo,
y las aguas barbadas no cejan, sin afeites.
de incrementar mareas amenazantes
en mi destino, tan sin armadura.

Pero no he firmado el armisticio
(nunca lo firmaré),
con el impostor o el tirano, estirpes de granito,
que siempre cercan los valles indefensos,
donde emboscando a la inocencia
la esposan mano a mano con la flor de los almendros,
declarándolas culpables
de contravenir las órdenes del hielo.

No puedo hacer las paces
con el lobo cebado con sangre de gacelas y de tiernos nenúfares.

No he firmado la paz
con la pantera del desamor.


(De Ópalos del instante.)


Subidos por Graciela Gutierrez

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